Las Turbas: un acto ciudadano de expresión colectiva

Pese a mi declarado ateísmo practicante, he sido turbo (y bancero del Resucitado) desde los 16 años, hace ya de eso otros treinta. Una de esas contradicciones personales que cada cual busca gestionarse de la mejor manera y que es tan común en esta ciudad de Cuenca.

Con la Procesión Camino del Calvario de la madrugada del Viernes Santo no es tan difícil conseguirlo porque más allá del hecho meramente religioso, las Turbas son un espectáculo realmente impresionante y conmovedor y un acontecimiento sociológicamente muy interesante. Como el resto de la Semana Santa conquense, pero en mucha mayor medida, más allá de la devoción, supone un acto ciudadano de expresión colectiva, de puro colorido folclorista, de mantenimiento (y evolución) de tradiciones ancestrales que tras siglos y siglos de dominación cultural del cristianismo sólo han podido mantenerse integrándose en la interpretación evangélica de las fiestas paganas.
Con motivo del cincuentenario de la Procesión del Domingo de Resurrección ya publiqué (con aprobación de la censura eclesiástica) cómo el ritual del Encuentro recuperaba la tradición pagana tan mediterránea de representación de la hierogamia o coito sagrado entre la Diosa Madre y el Dios cíclico de la fertilidad. El origen de las Turbas, sin embargo, es más oscuro y difícil de rastrear, y por ello quizá más interesante, pero es un ejemplo como ningún otro de integración en la representación litúrgica de la Semana Santa de una tradición pagana de tamborradas que recorre la franja celtibérica del Bajo Aragón (Calanda) a la Sierra de Alcaraz (Hellín o Tobarra). Una manifestación única de belleza plástica, emoción e interés antropológico.

turbas

Pero por encima de ello el mayor atractivo que para mí siempre ha tenido la procesión de las Turbas es la capacidad colectiva de mantenimiento, fortalecimiento e incluso creación de un ritual colectivo de tan singular belleza plástica en la que participan miles de creyentes, agnósticos y ateos. Y todo ello sin normativa, sin estatutos y sin jerarquías de ningún tipo. No solo con total independencia de la jerarquía eclesiástica sino claramente en su contra. De hecho toda la infraestructura organizativa de Hermandades y Cofradías ha gozado de autonomía e independencia respecto a dicha jerarquía eclesiástica hasta que, preocupados de siempre por ello, hace ya varios años que dicha jerarquía decidió meter el hocico en el asunto que más que litúrgico era, y debe ser, un asunto folclórico y cultural. Y para ello consiguió la renovación de los estatutos de todas las Hermandades y Cofradías incluyendo artículos incluso anticonstitucionales como la exigencia, nunca antes presente, de estar bautizado en la fe católica para formar parte de cualquiera de ellas.

Con las Turbas, sin embargo, siempre lo han tenido más difícil, precisamente por esa ausencia de estructuras o jerarquías propias. Por ser una manifestación genuinamente colectiva, horizontal y espontánea. Por eso siempre las Turbas, el momento álgido de la Semana Santa conquense, han sido vistas con desconfianza y recelo por parte de esa jerarquía eclesiástica y su rancia estirpe de acólitos meapilas que se hunden el pecho a puñetazos diciendo ser más semanasanteros que la propia cruz pero que si por ellos fuese harían desaparecer esta procesión de la agenda. Un recelo que se expresa continuamente en las perennes críticas a la alta participación (supuestamente elogiable en cualquier otro desfile), al comportamiento de esa “gentuza” y esa “morralla” que impide a los devotos hermanos del Jesús desfilar “como en cualquier otra procesión”, a la ausencia de acreditaciones oficiales (porque bien saben que es la primera herramienta de control), a cualquier retraso en el cumplimiento del horario “oficial” o a cualquier cambio espontáneo en algún matiz de la tradición cuando se asumen y elogian en otros desfiles e incluso en las propias Turbas cuando vienen impuestos desde la “oficialidad” como la aberración de poner un cordón de los autodenominados “históricos” con clarines entre la turba y el Jesús. Recelos porque la tradición que ellos añoran y a la que le gustaría ver volver la procesión de las Turbas es a la del franquismo donde el papel de la turba mofándose de Jesús camino del Calvario era representada por unas pocas decenas de excluidos a los que los devotos hermanos del Jesús pagaban un dinero por representar ese ingrato papel. Recelo, en fin, ante la falta de control que se expresó claramente en la artificiosa creación de ese engendro llamado “Grupo Turbas” y en el eterno intento por deslegitimar la propia capacidad de los participantes a mantener, sin ninguna normativa ni estatuto al respecto, de manera espontánea y sin otra herramienta que la inteligencia colectiva el correcto funcionamiento de la, con diferencia, mayor aglomeración humana como ningún dispositivo policial sería, ni de lejos, capaz de conseguir. Un recelo ante las posibilidades de esa inteligencia colectiva que se plasma a veces de manera tan grotesca y torpe como en la orden de disponer del absurdo cordón policial al final de la procesión de este año para interrumpir el camino lógico de los turbos tras su paso por El Salvador y obligarles violentamente a dirigirse, como si de peligrosos manifestantes izquierdistas se tratase hacia donde las “autoridades” habían decidido para que no interrumpiesen el correcto desfile procesional que sin ellos no tendría sentido.

Semana_Santa-Cuenca-procesion-Las_Turbas-calvario_MDSVID20140418_0021_17

No es, desgraciadamente, un simple error o una estrategia nueva. Llevan años intentando torpemente acabar con la perla de la Semana Santa en Cuenca y no me cabe duda que lo acabarán consiguiendo. Cada vez hay más turbos hartos de dicha actitud que se plantean seriamente dejar de participar en algo tan sentido y tan suyo. Yo lo hice hace ahora seis años y me apenan y preocupan ahora mismo cosas mucho más serias que el futuro de una procesión, pero aquellos que siguen sintiéndola como he hecho yo durante muchos años, preparando el tambor o el clarín cada Cuaresma y contando los días que faltan para que el Jesús asome por la puerta de El Salvador deberían exigir muy seriamente responsabilidades y un cambio decisivo de actitud ante la turba a quienes decidieron tal despropósito.


Nota: este artículo, que ya ni recordaba, se publicó hace casi un año, 20 de abril de 2014, en cuencaalternativa.com, pero lo recupero porque mantiene toda su actualidad, por el intento de dar un paso más en la institucionalización y sometimiento a la jerarquía eclesiástica de la procesión mediante la creación de una «asociación de fieles» integrada en la Junta de Cofradías (ver, por ejemplo, AQUÍ) y por su descubrimiento y consecuente escándalo por parte de los cibermeapilas del foro nazareno del Amarrao. El video del incidente en el final de las Turbas del año pasado que motivó el artículo puedes verlo en el facebook de Jaime Rodríguez

16 Respuestas a “Las Turbas: un acto ciudadano de expresión colectiva

  1. Estoy básicamente de acuerdo con lo que dice el autor del artículo, que no lo firma. Yo sigo saliendoy sintiéndola, como el o ella dice, aunque sin darle ya la trascendencia que antes le daba. Como el/ella dice, me preocupan cosas mas serias que el futuro de una procesión, pero aún así, lo que dice tiene su importancia que trasciende el mero desfile de las turbas. Un saludo
    Julio Rebenaque

  2. La obsesión por controlar a los turbos viene de lejos. Desde el momento en que vieron que eran incapaces de impedir que el número de participantes creciera de manera directamente proporcional a su prohibición. Si inconstitucional puede ser hoy exigirle a nadie estar bautizado para formar parte o no de la semana santa, ilegal pudo ser la publicación el día 24/03/1976 de la relación de 250 turbos «acreditados» para participar en el desfile. ¿Acreditados por quien?. ¿Quién autorizó dicha publicación? ¿Con el consentimiento de quien?. ¿ De esos 250 apuntados? No. con el consentimiento Justamente de los que mas se oponían a que «otros» tomáramos parte en el desfile. Eso sí. Se consiguió justo el efecto inverso al esperado, que saliéramos no 250, sino 250 mil. Un saludo
    Pedro José

    • Totalmente de acuerdo Pedro José. Y lo quemás me entristece no es ya las consecuencias de aquel ansia de control social del socialcatoilicismo tardfranquista, sino que en muchos aspectos con los erecientes retrocesos en derechosy libertades sociales creo que estamos incluso peor que entonces. Snif

  3. Muchas gracias, Jose Andrés. Soy julio rebenaque, no sé porque sale en el encabezamiento Agustín. Como no estoy muy ducho en las nuevas tecnologías, creía que se firmaba «todo», por ese afán mío que me viene de viejo de no escudarnos nadie en el anonimato. ¡ que no digo sea tu caso ! ya veo que no. Sería un error que comentarios tan coherentes no tuvieran «dueño». Repito un saludo
    P. D. No lo había yo leído hasta esta tarde. No sé porqué.
    Julio Rebenaque

  4. Por lo que respecta a los actuales responsables de la Junta de Cofradías, han hecho «progres» a los antigüos, me estoy refiriendo a D. Francisco Bermejo, Manuel Calzada, Aristeo del Rey, etc y ya es decir. Un saludo
    Andrés

  5. Ese ir las turbas «claramente en contra de la jerarquía eclesiástica» como bien dice Joseandrés, es a mi juicio lo que les ha dado ese «halo» y ha ejercido ese atractivo, sobre todo entre los jóvenes, tan necesitados a esas edades de rebelarse contra el orden establecido, sobre todo el orden de entonces. El desfile contenía,a mi juicio, todos los elementos para hacer esto posible. «Grises» aguantando lo que en otro momento hubiera sido impensable, etc, etc. Pero claro al estar las turbas «integradas en la representación litúrgica», por la propia iglesia, no tenían las autoridades civiles mas remedio que aguantar. Vamos que en el pecado llevan la penitencia. Precio que tienen pagado por cristianizar una fiesta a todas luces pagana. Y por ahí nos colamos muchos,( que mas da ateos, cristianos o agnósticos), única oportunidad al año que se tenía de «criticar» el sistema desde una ciudad provinciana como Cuenca, pero eso sí, desde el propio sistema, algo que se nos reprochó entonces, que en el fondo no dejábamos de participar en algo que decíamos criticar. Por eso estoy de acuerdo con Joseandres que hoy ya hay cosas mas importantes porqué preocuparse. Hoy las turbas ya no cumplen aquel papel y algunos las abandonamos ya. hace tiempo.
    Saludos
    Feliciano

  6. Jugoso análisis el que nos hace Feliciano con el que estoy totalmente de acuerdo. Ahora bien, se puede todavía, si te siguen gustando, participar en ellas, ahora bien, teniendo en cuenta que el significado, independientemente del que le diera la iglesia, hoy es otro. Miguel

  7. Me gustaría saber como tener acceso a la lectura que el dueño del blog, Joseandrés Guijarro de la publicación que hizo con motivo del cincuentenario de la procesión del resucitado. La supongo tan interesante como esta de las turbas.¡ ah, y en otro orden de cosas, me gustaría también nos explicase como se puede ser un «ateo practicante» o como se puede practicar el ateísmo. Me recuerda a Gustavo Bueno el filósofo fallecido cuando hablaba de «ateo católico». Saludos
    Lucía

    • Supongo que la etiqueta de la religión te la da el conjunto de dogmas que marca la jerarquía correspondiente, mientras que el añadido de «practicante» o «no practicante» es la parte personal en la que te das la libertad de decidir cuales de esos dogmas y ritos asumes y cuales no. Supongo que igual que cualquier creyente se condidera a sí mismo practicante o no según su grado de adscripción a ese conjunto de dogmas y ritos con el que se siente identificado, el ateo tambien puede y debe hacerlo. No ya, si no quiere, de liberarse de sus contradicciones, sino sí al menos de conocerlas y asumirlas. Igual que los católicos pueden considerarse no practicantes por no ira misa cada domingo o no practicar ciertos sacramentos, muchos ateos acaban casándose por la iglesia, celebrando la navidad o procesionando en semana santa. Porque un ateo puede también no ser practicante de su ateismo.
      Y en modo alguno un ateo lo es porque no se haya planteado ninguna duda existencial al respecto al respecto sino precisamente por haberse planteado tantas llega a conclusiones personales tan alejadas de cualquier religión. Y precisamente en ese proceso el ateo de aquí se va liberando de todo ese poso católico que impregna toda la cultura de occidente, que no es precisamente sencillo, pero que le lleva a ser finalmente «ateo practicante», en el sentido exactamente opuesto tanto al ateismo cristiano como al ateismo católico de Gustavo Bueno.
      Respecto al texto de la hierogamia del domingo de resurrección, mira a ver si en este enlace lo puedes descargar: https://www.icloud.com/iclouddrive/0VMkLwXgbs6xkH1PMeByOsONg#Hierogamia_y_Domingo_Resurreccio%CC%81n.pdf
      Un saludo

  8. Muchas gracias. Probaré los enlaces facilitados esta tarde. Y en cuanto a lo del ateísmo, efectivamente, viviendo en una sociedad no laica, es muy difícil sustraerse a las prácticas religiosas que esta termina imponiendo, aunque muchas de ellas, un no creyente las practique en un momento dado, meramente por compromiso social, o por evitar conflictos mayores con familia, etc.
    Saludos.
    Lucía

  9. ¿SABÉIS QUE ME PASA A MI CON LAS TURBAS? QUE LES HE DADO UNA IMPORTANCIA EXCESIVA Y AHORA QUE VEO QUE NO ES PARA TANTO, TENGO LA NECESIDAD DE BUSCARME OTRA COSA QUE COMPENSE LO QUE ABANDONO. EN VERDAD HAY COSAS MAS IMPORTANTES QUE UNA PROCESIÓN. UN SALUDO
    FELIPE

  10. ES NORMAL QUE TE PASE. COSAS QUE CUANDO TIENES 14 AÑOS LE DAS MUCHA IMPORTANCIA, PERO POCO A POCO CUANDO MADURAS VES QUE HAY OTRAS COSAS. ESO FORMA PARTE DE LA MADURACION DE LAS PERSONAS. LO PEOR ES QUE UNO SE ESTANQUE Y SOLO VEA EN SU VIDA TURBAS, TURBAS, Y MAS TURBAS COMO DESGRACIADAMENTE PASA EN CUENCA.
    ARSENIO

Replica a Miguel Cancelar la respuesta